reseña de El trabajo en Grecia y Roma - Caude Mossé - final

RESEÑA BIBLIOGRAFICA Mossé, Claude. El trabajo en Grecia y Roma (Le travail en Grece et a Rome). Akal Editor. España, 19

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RESEÑA BIBLIOGRAFICA Mossé, Claude. El trabajo en Grecia y Roma (Le travail en Grece et a Rome). Akal Editor. España, 1980. 180 pág. Este breve libro sobre el estatus y las formas de trabajo en Grecia y Roma busca demostrar que el “trabajo” como es concebido en la modernidad, a saber como dignificador del hombre, gracias a la herencia cristiana y comunista, no era visto de la misma forma por las sociedades antiguas griegas y romanas situadas entre los siglos VIII a II a.C. Éste, nos dice, es más bien despreciado pero también de una manera visto como mal necesario, pues permitía el ejercicio político del ciudadano. A través de una revisión de las condiciones sociales y políticas de la antigüedad clásica, con múltiples ejemplos y basándose sobre todo en literatura de la época (y algunos objetos de la cultura material), el autor buscará demostrar la condición laboral de aquellos hombres y mujeres serviles cuyas técnicas “primitivas” no dieron lugar a un amplio progreso, pero dado el devenir de la historia sí a una diferente organización/división del trabajo. La autora parte de que la historia del trabajo está ligada a la evolución de las relaciones sociales, siendo que en este caso es despreciado por dos principales motivos: la creación de dependencia de servidor al amo, y su similitud y relación con la esclavitud. Desarrollará entonces tres capítulos que nos darán un recorrido por el pasado del suroeste europeo. La primera parte consiste en un panorama amplio de las condiciones de trabajo, analizando desde las técnicas hasta las condiciones sociales y políticas, muy importantes para entender el devenir de la historia. En los dos siguientes partes, la autora se centrará en el caso específico de los campesinos y luego de los artesanos, como haciendo un contraste entre ellos. En el primer capítulo, sobre las condiciones de trabajo, se hace un esbozo general e introductorio sobre las condiciones técnicas agrícolas e industriales, las primeras dándose como una condición moral, una virtud y un valor que los dioses favorecían si se cumplía con las tareas debidas y el culto, antes que una tecné en la antigua Grecia, y en manos de

los campesinos poseedores de tierras; mientras que los trabajos industriales, donde se encontraba los alfareros, herreros y carpinteros eran realizados de acuerdo a las necesidades y demanda, con técnicas básicas, pero cuyo aporte dieron obras importantes tales como de arquitectura. En el mismo capítulo se hace un rápido esbozo a las condiciones sociales y políticas de la antigua Grecia y Roma, lo cual le permite explicar en qué circunstancias se dieron ciertas condiciones laborales. De las polis nos describe el camino hacia la democracia del siglo V, sin no antes haber pasado por la aristocracia y la tiranía. Con los ejemplos de Esparta y Atenas, la autora sugiere que debió ser un proceso similar en otras polis, donde los ciudadanos van conquistando nuevos derechos, nuevos reductos y matices y grados de representación cedida a organismos conformados por ciudadanos. Mientras, los campesinos trabajaban en sus tierras, y los extranjeros eran mayormente comerciantes/artesanos o vendían su mano de obra; ellos también iban adquiriendo más notoriedad. Finalmente se denota los amplios procesos de guerra por los cuales se movilizaba un gran número de gente, entre ellos campesinos, causando atrofias en el desarrollo del agro, lo cual tendría sobre todo repercusiones socioeconómicas. Atenas vencida se convirtió en una ciudad museo. Por otro lado, en Roma fue similar la situación, y muchos emigraron luego a la ciudad, facilitando el proceso de mediana aglomeración de tierras agrícolas. Además, Roma afrontó muchas guerras civiles con militares aspirantes al poder. Pero Roma, a comparación de Grecia, se recupera y sobrevive para el nuevo imperio. Cerrando el capítulo la autora desarrolla la idea del trabajo en la antigüedad, es decir, la tesis que atraviesa a la obra. Este era visto con desprecio a pesar de que en ocasiones lograba mostrar el poder económico y político adquirido. Mossé nos dice que era el trabajo artesanal antes que el campesino es desprestigiado puesto que creaba una dependencia hacia el usuario del producto o con la venta de la fuerza de trabajo (a cambio de un salario), dejando entonces de satisfacer las propias necesidades, lejos del ideal de autarquía de la Grecia clásica (en el caso del campesino, luego explica que su producción era ante todo de consumo, por lo menos en Grecia). El desarrollo de la esclavitud además contribuyó este prejuicio, aunque se diferenciara un hombre libre que vendiera su mano de obra. Reconoce

que se habló de leyes contra el ocio y para el trabajo antes de que el uso de esclavos sea tan común, y luego, cuando la mano de obra se volvió escasa y cara. En el segundo capítulo, sobre pequeños campesinos y grandes propiedades, primero se explaya sobre el trabajador del campo en Grecia, quienes sí eran considerados ciudadanos con tierras y por ello en tiempo de guerra salían a defenderla. Demuestra su importancia al notar que la mayoría de fiestas celebradas estaban vinculadas al agro. Estos podían vender el excedente de su producción para comprar lo que les faltase. Luego de la guerra del Peloponeso, los campos quedarán asolados. Por el lado de Roma, sus campesinos también se vieron seriamente golpeados por las guerras y obligados en su mayoría a vender sus tierras dada su pobreza, convirtiéndose en parte de la plebe de la ciudad o en mano de obra para aquellos que hayan comprado tierras. Por otro lado, existió también una condición de colono que aprovechaban tierras cedidas a cambio de parte de su producción al Estado. Eran los grandes proletariados los que gozaban de la posesión de esclavos, algunos más que otros, a quienes mantenían dividiendo sus labores por género, encargados a un jefe de esclavos o mandamás. Estos últimos debían organizar el trabajo racionalmente, lo cual no significó para la autora una organización fruto de un descubrimiento de un procedimiento ingenioso. Para esto, es importante el desarrollo del latifundio, ligado al fenómeno de conquistas, afluencia de riquezas y llegada de hombres. Las propiedades fueron dominadas por familias aristocráticas romanas, que luego en el Imperio serán en su mayor parte incautadas. Debido a los abusos que los esclavos sufrían y porque fueron una masa de gran tamaño, estos tuvieron importantes rebeliones. Apaciguadas estas, hubo una recesión en la economía rural, aumentando el número de colonos y disminuyendo el de esclavos. La autora pasa entonces a explicar que existieron varios significados para la “servidumbre”, como por ejemplo un tipo de dependencia servil, una condición jurídica, estado de conquista y sometimiento al trabajo para otros junto con el pago de censos, etc. Depende del momento histórico y el lugar, un esclavo podía tener más o menos concesiones, y algunos hasta llegaban a alcanzar su libertad. En el capítulo tres nos situamos frente al trabajo del artesanado. Una vez más, primero trata sobre los griegos, quienes antes del siglo VII no separaban sus funciones de las

domésticas, mas luego empiezan a desempeñar un papel importante en la vida de la ciudad. Fue la evolución económica, social y política la que introdujo una mayor diversificación social reclamando además el aumento de la mano de obra. Según la autora, nunca se conoció auténtica concentración industrial, solo geográfica, en tanto la concentración de minas del Estado, o temporal, con los talleres de construcción pública. En ambos casos se hacía uso de esclavos pero también podía haber hombres libres ofreciendo su fuerza de trabajo, con talleres que podían llegar a ser especializados, según la actividad. El artesano fue entonces la forma dominante de trabajador por su demanda, esta se mantuvo como dispersa e individual. Mientras, los grandes comercios fueron manejados por mercaderes griegos u extranjeros. Por el lado de las ciudades helenísticas y Roma, la conquista de oriente amplió el mercado y la demanda, aunque era una minoría quienes acaparaban el dinero. La producción corriente toma una mejor calidad, pero las técnicas evolucionan poco mientras se genera un principio de concentración. Aun así, se han encontrado restos de grandes talleres ubicados en varias zonas colindantes a Roma, llegando a formar corporaciones, con claros fines religiosos. La especialización va en aumento. Después de esta revisión, la autora concluye que el hombre en estas antiguas civilizaciones trabaja por necesidad, tanto esclavos (obligados) como hombres libres. Sin embargo, la plena relación laboral puede trascender: el esclavo no solo es mano de obra sino también un ayudante que puede trabajar mano a mano con su amo. Con las guerras conquista se empieza a hacer un uso masivo de estos últimos. Pero ello no implicó que las técnicas fueran desarrolladas ampliamente, quizá en gran parte por el desprecio hacia el trabajo manual mismo. Ambivalente su consideración, el trabajador manual va adquiriendo importancia en la sociedad. __ El análisis de la autora trasluce una clara influencia marxista en tanto nos habla de categorías laborales y nos sitúa en el espacio donde se dan las relaciones de producción, delimitando, aunque no siempre claramente pues los datos estudiados no lo arrojan, categorías sociales que determinan a las personas a tales o cuales labores y les señala un deber ser (que en la práctica puede modificarse). Es el movimiento político-social el que

cambia el panorama de lo vivido, transformando las relaciones sociales. Si Muchas veces mezcla el mundo griego con el romano de la antigüedad, así la autora busca resaltar no solo las similitudes que se puedan dar sino también el hecho de que la evolución de las técnicas no tuvo cambios dramáticos en aquel entonces. Sin embargo, queda clara la importancia del trabajo, si bien despreciado, en la civilización antigua, pues como nos dice, se ha escrito mucho de ello, como tratados de agricultura, en textos filosóficos donde se les hace mención, así como en literatura (Aristófanes, etc.), y ello a pesar de que la agricultura fue más importante para la subsistencia. Por otro lado, en el ámbito teórico encontramos influencias de Vidal-Naquet, pensador con quien trabajó, al coincidir en señalar al artesano como una figura oscurecida en torno a la polis, ya que este era mal visto por su oficio pero a la vez era necesario por los productos que proveía. En ese sentido se señala la ambivalencia del artesano frente a la ciudad y sus ciudadanos. __ Para probar su tesis, la autora utiliza como fuentes primarias tanto a escritos griegos como latinos así como múltiples tipos de tratados. Se basa en escrituras anteriores al tiempo que trata, tales como los poemas homéricos y Hesíodo, luego en filósofos como Platón y Aristóteles, historiadores como Jenofonte (como su obra Económico), Teofrasto, Polibio y Plinio, dramaturgos como Aristófanes. Ellos entre otros daban su testimonio de época aunque con diferentes énfasis. Por otro lado, también tenemos tratados de agricultura que llegaron hasta nuestro tiempos y otros a los que se hace referencia, tales como el De Agricultura de Catón, los escritos de Columella, Palladio y otros. También se señalan varios objetos de la cultura material antigua, restos de vasijas donde se retratan actividades artesanales, espacios donde se ha encontrado evidencia de grandes talleres ya tardíos en Roma y ciudades del rededor. La arquitectura es un rastro más de las labores que ocupaban a los antiguos, que junto con los documentos donde se les menciona se puede deducir cuánta mano de obra se necesitó y quiénes fueron los arquitectos encargados.

Finalmente, conocemos por su biografía, aunque no la nombre en sus escritos, que se nutre de autores contemporáneos suyos tales como M. I. Finley, R. Etienne, R. Forbes, etc. __ El escrito de Mossé es claro y directo; la autora está enfocada en demostrar la concepción que la sociedad antigua griega y romana tenían acerca del trabajo. Claro que esto no es generalizado para las antiguas civilizaciones, por ello influye mucho en su análisis la sociedad y contexto político para el desarrollo de los diferentes roles. Se denota una sociedad altamente jerarquizada, quizá también por los tipos de gobierno. A pesar de la clara influencia marxista en su pensamiento y para explicar los fenómenos de estas sociedades, no es completamente estructuralista y le da un espacio importante y no necesariamente como consecuencia al estado político y al pensamiento; estos no son frutos de una específica división del trabajo, sino más bien que se conectan y uno responde al otro. Esto también parece responder, como diría Kitto, a un ethos particular de estas sociedades (aunque este autor solo se remite a la griega), que las organizaba de tal manera, categorizando a los seres humanos en esbozos de lo que vendrían a ser clases sociales. Siendo el pensamiento filosófico aquello que se celebra más como herencia de los clásicos, podemos comprender un poco mejor el porqué de tanta primacía a la labor intelectual frente a la manual, no porque la segunda sea despreciable, sino más bien por la dependencia que creaba. Esto queda claro con el ejemplo de los personajes de Homero, quienes tejían y destejían y arreglaban sus barcos, o los mismos dioses que pueden ser herreros. La autora logra su cometido, a saber, logra demostrar en base sobre todo a documentación, el estatus de los trabajadores en estas sociedades. Es interesante que pese a su tesis logre mostrar el importante papel que tenían estos hombres, denotando las contradicciones entre el discurso y la práctica. Pero de esto no solo nos damos cuenta nosotros, sino que los mismos trabajadores al sentirse extremamente explotados y como una mayoría, podían revelarse y cambiar por momentos el status quo.