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George Rudé inicia el análisis de este proceso poniendo atención a la diversidad de los movimientos en la ciudad y en el campo, en París y en las provincias en los años que precedieron y desembocaron en la revolución francesa. Intenta situar en una adecuada perspectiva histórica la revuelta de las órdenes privilegiadas hacia 1787 – 1788, así como la actividad revolucionaria de la burguesía desde fines de 1788. Busca en su estudio rastrear las etapas y corrientes del movimiento popular a fines del antiguo régimen, hasta el punto en que su ¨fusión¨ con el movimiento de la burguesía desencadena la explosión revolucionaria. Así, el autor se pregunta ¿Por qué hubo una revolución en Francia en 1789 pero no en otros lugares de Europa?. El autor, considera que existen conflictos en distintos lugares de Europa en el S. XVIII pero no se observa la victoria decisiva de un grupo social sobre otro, no tienen un carácter democrático. En estos conflictos no hay una intención de trasladar el peso de la autoridad política a la nación en general, y avanzar para conseguir una transformación de la sociedad. Esto sucede en Francia. Para responder a ese interrogante, Rude señala que se debe considerar la sociedad, el gobierno y las instituciones del antiguo régimen. La sociedad francesa del S. XVIII se puede describir como una pirámide con una cima formada por la corte y la aristocracia, en el centro las clases medias o burguesas y una base integrada por las órdenes menores (artesanos, campesinos). Un rasgo característico de esta sociedad es que se encuentra agobiada de contradicciones internamente y en sus partes constitutivas. En efecto, hay una monarquía absoluta que lleva la simiente de su propia destrucción. Una aristocracia que alienta un resentimiento por que es excluida de los cargos principales (políticos). Así como una burguesía que ve reducida su jerarquía social y su participación en el gobierno y campesinos que se encuentran agobiados por las cargas feudales. A medida que avanza el S. XVIII las tensiones al interior de cada sector y respecto a otros sectores se agudizan. En efecto, a fines del Antiguo Régimen los campesinos conforman aproximadamente el 80% de la población de Francia. En su interior hay distintas jerarquías los que tienen la propiedad de la tierra (grandes, medianos y pequeños propietarios) que es grupo reducido, los que no pueden acceder a esa propiedad, que constituye la mayoría junto a los que trabajaban (peones) por un salario y arriendan pequeñas parcelas, y los siervos que no están totalmente atados a la tierra. Este sector debe afrontar el pago de los impuestos debidos al Estado (taille, gabelle), a la Iglesia y en beneficio del señor feudal (corvee, cens, champart, diezmo entre otros). La presión de estas cargas varía, pero en períodos de malas cosechas y crisis son intolerables para el sector campesino y las clases medias. La nobleza o aristocracia constituye el 1er orden de la nación y esta integrada aproximadamente por 400.000 personas. Se divide en nobleza de espada que es la mas antigua y nobleza de robe que son burgueses acaudalados que acceden a ese sector por la compra de cargos. La monarquía absoluta excluye a los primeros de independencia y responsabilidad política cercenando sus instituciones representativas (parlamentos), pero les permite acceder a puestos militares. Ello genera resentimientos en su interior pese a ejercer derechos feudales y mantener los privilegios respecto a los impuestos directos. El clero tiene distintas jerarquías y sus principales dignatarios pertenecen a la nobleza. Posee ventajas financieras mayores (diezmos, derechos feudales), respecto a los otros sectores. Los sectores medios conciben mayor hostilidad ante la monarquía por su extravagancia, ineficacia y tiranía en la organización del gobierno y el mantenimiento de una burocracia formada por funcionarios privilegiados.

Ante esta situación, Luis XVI por intermedio de su ministro Turgot impulsa a mediados del S. XVIII una serie de reformas en la administración, el comercio, la organización de la producción y del trabajo que influye en distintos sectores. El plan no dura y fracasa por distintas causas. Contradice los intereses de las órdenes privilegiadas (aristocracia, clero) que a través del control de las principales instituciones (corte, parlamento) obstruyen estas medidas. Es aplicado en contexto de malas cosechas que genera escasez y aumento de precios de los principales productos alimenticios. Ello provoca disturbios y desordenes en París y en las provincias por los cereales y la escasez que se denomina ¨la guerra de las harinas¨. El movimiento exhibe características similares a los movimientos posteriores de la revolución pero no genera resultados sustanciales. La lección de estos movimientos revela que las condiciones de Francia a mediados del S. XVIII no son adecuadas para generan una revolución. En efecto, superada la crisis de los alimentos los precios disminuyen. El ministro recurre a la fuerza militar para aplastar el movimiento, en que la mayoría de los campesinos no participa. La burguesía ¨todavía¨ no comienza a desafiar el orden vigente y las ideas promovidas por el Iluminismo no se han extendido a otros sectores sociales. (Ello constituye el límite que la reforma no puede sobrepasar y genera el odio y desprecio de distintos sectores sociales hacia las órdenes privilegiadas). A medida que avanza el siglo la crisis se agudiza así como los movimientos populares (disturbios por el pan, huelgas). El resentimiento hacia las órdenes privilegiadas se acentúa (a fines del Antiguo Régimen) y cobra expresión política. En efecto, la clase media francesa, particularmente la burguesía experimenta un sentimiento de indignidad y humillación por los actos de gobierno y la aristocracia ¨…en momentos en que aumenta su riqueza y la percepción de su importancia social considera que las puertas deben abrirse…¨ (al gobierno, a la participación política). El descontento, se manifiesta (revelan) de distinta manera. En el sector campesino por que debe hacer frente a la falta de acceso a la propiedad de la tierra, a la competencia de los campesinos ¨mas prósperos¨ y por la tendencia de las clases privilegiadas a exhumar antiguos privilegios (¨renacimiento feudal¨, ¨reacción feudal¨, para Cobban los terratenientes están aplicando un nuevo espíritu de capitalismo en la producción rural, Para Rude no hay que exagerar esta afirmación. Esta situación se agrava en un contexto de conflictividad bélica por la participación de Francia en la guerra revolucionaria norteamericana de 1778 que genera una crisis (económica y social) y la caída de precios de distintos artículos. A esta crisis cíclica se superpone la ¨súbita catostrofe¨ de 1787 – 1789 que determina malas cosechas y escasez. Esta situación afecta a la población campesina en su condición de consumidores y productores y se extiende de la agricultura a la industria acentuando la desocupación que es elevada por el tratado de libre comercio con Gran Bretaña. Así, campesinos, artesanos, obreros, manufactureros entran a la revolución en un marco de escasez y privaciones. Para unir el descontento general y las aspiraciones de estos sectores sociales se necesita un lenguaje de esperanza y protesta. Este se desarrolla a lo largo del siglo por iniciativa de los pensadores del Iluminismo y se extiende a un público lector aristócrata y plebeyo que incorpora distintas expresiones (nación, ciudadano, voluntad general) conformado un vocabulario político común. La mirada retrospectiva de la específica situación de Francia revela distintos motivos (razones) que predicen una revolución. Pero el ¨desencadenante¨ (Rude) o la ¨causa directa¨ (Hobsbawm) de este proceso es la participación de Francia en la revolución norteamericana contra Inglaterra que genera una crisis financiera. Para resolverla se ensayan distintos procedimientos (reunión a una Asamblea de notables) sin intentar una reforma fundamental. Ante esta situación se recurre a la implementación de nuevos impuestos.

Los notables piden al gobierno (ministerio) que consulte a los Estados Generales, pero se rechaza la propuesta generando la ¨revuelta aristocrática (nobiliaria)¨. El gobierno debe ceder (es derrotado) y convoca a esa institución feudal en que los privilegiados esperan resolver la crisis a costa de los otros sectores sociales. Así, Hobsbawm indica que la revolución empieza como un intento aristocrático de recuperar los mandos del Estado pero fracasa por que se subestima las intenciones del 3er Estado y se desconoce la crisis económica y social que impulsa las peticiones políticas. En efecto, ante la victoria de la aristocracia y la promesa de los estados generales la burguesía como portavoz del 3er Estado abandona su posición neutral y define sus propósitos y posiciones (programas). A estas razones se agrega la persistencia de obstáculos (restricciones) a la producción y circulación de los artículos por las corporaciones y las clases privilegiadas. Pese a estas condiciones, el choque de los burgueses y los privilegiados se manifiesta respecto al problema de la representación y la votación de los estados generales que considera la misma representación y voto para cada estado separado, provocando que el tercer Estado no pueda imponerse a los otros órdenes combinados. La situación se mantiene pero el conflicto se agudiza a causa de la publicación del folleto publicado por el abate Sieyes denominado ¿Qué es el tercer Estado? Que indica lo siguiente: Cap 1: ¿Que es el 3er E? Todo Cap 2: ¿Que ha sido ahora el 3 er E?. Nada. ¨... Resumamos el 3er E no ha tenido hasta ahora verdaderos representantes en los E generales. Así sus derechos políticos son nulos...¨ Cap 3: ¿Qué pide el 3er E? Llegar a ser algo. Quiere (el pueblo) tener verdaderos representantes en los E generales, es decir diputados sacados de su orden (...) Así es muy cierto que si no ha de tener allí 1 influencia al - = a las de los privilegiados y pide el N° de representantes = al de los otros 2 ordenes juntos (...). Pide pues que los votos sean emitidos x cabezas y no x orden. ¨Además del imperio de la aristocracia (...) existe la influencia de la propiedad. Esta es natural yo no la proscribo 1 era petición: que los representantes del 3er E no sean escogidos sino entre los ciudadanos que verdaderamente pertenezcan al 3er E 2da petición: que sus diputados sean en N° = a la de los ordenes privilegiados 3era y ultima petición del 3 er E: que los E generales voten, no x ordenes, sino x cabezas. El escrito revela una serie de objetivos y propósitos como es: la duplicación del número de sus diputados, el voto por cabeza, la desaparición de la sociedad estamental. Así, el problema de la representatividad introducido por Sieyes cuestiona el problema: numérico y cualitativo del peso político de los estados generales representantes de la Nación. Así, por primera vez la burguesía tiene la pretensión de controlar los destinos de la nación al margen de los privilegios o deseos de los restantes órdenes. Los alineamientos cambian luego de la convocatoria de los Estados Generales y el rey decide apoyar el programa de la nobleza. Así, el proceso revolucionario francés es el resultado de factores de gran alcance y de factores inmediatos que se originan en las condiciones sociopolíticas y en los conflictos a fines del Antiguo Régimen (resentimiento y odio de distintos sectores sociales hacia las clases privilegiadas, crisis económica y social, reclamos de las clases privilegiadas, difusión de ideas radicales). Estos factores aparecen de distintas formas y a menudo se complementan.

Rude indica que este proceso se genera en Francia por que se combinan los factores antes mencionados particularmente el desarrollo de una clase media ¨desafiante¨, un cuerpo de ideas políticas radicales y por que en París es una ciudad que se halla en el centro de Europa Occidental que posee una población activa de clase media y baja que encendida la mecha, puede marcar con su impronta colectiva la sucesión de hechos dramático que se suceden. Hacia 1788 – 1789 se inicia un movimiento popular (saqueos, disturbios, ataques a funcionarios) de intensidad general que nace por las condiciones económicas (escasez, aumento de precios) para convertirse en otro, con objetivos políticos definidos. En él se crean vínculos comunes de intereses entre distintos sectores sociales urbanos (asalariados, artesanos, pequeños comerciantes y el campo) contra monopolistas, acaparadores y otros. El movimiento se une a los sectores sociales rurales contra los derechos feudales (derechos de caza, impuestos). Así, el movimiento de las ciudades y los aldeanos se ¨fusiona¨ con la acción política de la burguesía ante el privilegio señorial, las clases privilegiadas y la monarquía absoluta. La reunión de los Estados Generales suscita ¨grandes esperanzas¨ por que si se consigue eliminar el dominio de las órdenes privilegiadas, este cuerpo llegaría a ejecutar un programa reformista radical. De esa esperanza nace la adopción del lema viva el tercer estado y la creencia luego que el partido de la corte amenazo frustrar esas esperanzas, en la existencia de una conspiración aristocrática. Como respuesta a ello jornaleros, peones, tenderos, maestros de taller acuden a la llamada del liderazgo revolucionario. A la vez la creencia de que la corte se prepara para dispersar a los estados y someter a París con la ayuda de tropas extranjeras gana para la causa de la revolución el cuerpo principal de la guarnición parisiense. El 12 de julio el pueblo de los suburbios y de los mercados se une a los burgueses y las tropas para organizar una insurrección armada, que constituye el primer gran alzamiento popular de la revolución. Este ejemplo es seguido por otras regiones de Francia (ejemplo de Lyon p. 61). Las ciudades presencian el desarrollo en el pueblo bajo de una nueva conciencia política. Rude indica luego de realizar un repaso de los principales trabajos acerca de los movimientos en las ciudades y provincias que hay pruebas suficientes de inquietud social, reflejada en los disturbios por los alimentos y las disputas obreras, pero al parecer no existe conciencia clara de una acentuación de la conciencia política del pueblo bajo antes del verano de 1789. El año 1789 es un ¨año crucial¨ por que es el momento en que la burguesía y el pueblo común (campesinos, sans culottes) realizan su aporte a la revolución formando una alianza burguesa – popular. El componente burgués (abogados, médicos, comerciantes) comienza a señalar el ritmo hacia 1788 con su reacción ante las pretensiones aristocráticas que desemboca en el proceso revolucionario. Tienen a su favor el monopolio de la cultura, la expresión verbal, los medios y el ocio para coordinar la acción común de los otros sectores sociales (patriotas). El paso decisivo se manifiesta cuando el abate Sieyes responde a la pregunta ¿que es el 3er estado?, señalando, la Nación, que implica no solo los 24.000.000 de personas representantes por el 3er estado, sino la Nación en general. El tercer estado señala que si las órdenes privilegiadas rehúsan acceder a su petición de unírseles en una asamblea deliberativa común, ellos tienen perfecta razón de ignorar la obstrucción de una reducida minoría y asumir la dirección de los asuntos nacionales. Establecida la convocatoria de los Estados Generales se inicia la elaboración de los cahiers de doleance para orientar las deliberaciones. Los cahiers son libros de quejas redactados por orden (y a favor) del 3er estado (abogados, médicos) ratificados por el nivel más elemental de las comunidades. (asambleas de campesinos, pequeños tenderos, maestros de taller,

corporaciones urbanas). Constituye la consulta nacional más importante, en que se expresan los distintos niveles de la opinión francesa. En ellos se evidencia distintas críticas y pedidos. Así, los cahiers del clero y la nobleza adhieren a sus privilegios e inmunidades y desean eliminar los abusos de la monarquía. Los del 3er estado desean libertad de expresión, de comercio, igualdad civil de los tres estados, pero no se aborda la necesidad de los campesinos de acceder a la propiedad de la tierra. La forma de acceder a las deliberaciones de los estados generales varía según los distintos órdenes. Los diputados del 3 er estado se eligen por medio de una concesión restringida y por un sistema de elección indirecta. En este sector, el sistema favorece a la burguesía urbana y profesional por las ventajas antes señaladas. Las órdenes privilegiadas gozan del sufragio adulto masculino y directo. En ese momento se forma un partido patriota integrado por aristócratas, clérigos, parlamentarios con el objetivo de promover la reforma constitucional. Algunos pertenecen a logias masónicas y otros grupos. Respecto a ello, es común destacar el papel de una dirección de la agitación revolucionaria y exagerar el papel representado por los francmasones y ¨los treinta¨. La postura de Hobsbawm se asemeja a esta línea de argumentación. El autor en su obra La era de la revolución (1789 – 1848) señala que el proceso revolucionario no es dirigido por un partido o movimiento en el sentido moderno, ni por líderes que intentan llevar en la práctica un programa sistemático. Pero en él se revela un consenso de ideas formulado por los ¨filosofos¨ y los ¨economistas¨ que es propagado por la francmasonería y otras asociaciones. Así, son los filósofos los responsables de la revolución por que establecen la diferencia entre una simple quiebra de un viejo régimen y la sustitución por otro nuevo. En otro apartado afirma que la ideología de 1789 es masónica que se evidencia en distintas manifestaciones (culturales) y particularmente en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La convocatoria de los Estados Generales se realiza en un contexto de crisis económica e inquietud popular (antes mencionada). Al inaugurarse la Asamblea se le recuerda al 3er estado su jerarquía inferior y no se le permite que deliberen con los otros estados. Se les otorga doble representación, pero sin el apoyo de los diputados de la misma posición pertenecientes a los otros ordenes, son superados por la fuerza combinada de ellos. Así, se niegan a deliberar como asamblea separada y exigen una sesión conjunta para considerar la validez de los mandatos con los otros 2 órdenes pero estos se oponen. En junio el 3er estado decide tomar el toro por las astas anticipándose a la acción de los otros órdenes invitándolos a reunirse en una sesión para designar una autoridad común. Afirman que si se niegan y según el argumento de Sieyes, el 3er estado se declara dispuesto a proseguir sin los otros 2 ordenes. A mediados de junio y por mayoría se arroga el título de Asamblea Nacional, que constituye el 1er acto revolucionario de la burguesía. Ello implica el momento de reasunción de la soberanía por parte de una Asamblea Nacional. (la reversión del poder de la monarquía absoluta al pueblo) El tercer estado establece que la Asamblea no se disuelva hasta que establecer una Constitución. Las clases privilegiadas hacen esfuerzo para intimidarlos a través de un seance royal que declara nulas las resoluciones de la Asamblea nacional, considera que la trama social del antiguo orden debe permanecer intacta y ordena a los estados que se disuelvan y reanuden la discusión en sus cámaras. El plan fracasa y gran cantidad de parisienses responden al desafío contrarrevolucionario y exigen que Necker vuelva a su cargo. El rey debe ceder, y la Asamblea Nacional queda dueña de su cámara y los otros órdenes deben incorporarse a aquella.

A partir de ese momento, los sectores profesionales y comerciales comienzan a imprimir cierta dirección al proceso. Sin su liderazgo es difícil que se haya realizado la insurrección de julio. Se organizan dos grupos, el ¨partido revolucionario extremo¨ en el Palais Royal que imprime una dirección concreta al movimiento popular a través de la agitación pública y el manejo de fondos para conquistar a las tropas. El otro grupo son los que se reúnen en el Municipio para crear milicias de ciudadanos. Ante estos hechos la corte (monarquía) reacciona con el llamado de tropas extranjeras y separando a Necker de su cargo, provocando la chispa de la revolución popular en Paris. El Comité de electores nucleados en el Municipio considera que las bandas de desocupados y gentes sin hogar es un peligro para la seguridad y prosperidad del ciudadano al igual que las órdenes privilegiadas. Por ello, decide actuar como gobierno provisional de la ciudad organizando una Guardia Nacional integrada por la ¨buena burguesía¨. Pero las armas continúan cayendo en manos no autorizadas durante la insurrección. Así, a partir de la búsqueda de armas el 14 de julio surge el clamor popular de tomar la Bastilla, que es una prisión del Estado que simboliza la autoridad real. Hobsbawm indica que en época de revolución nada tiene más fuerza que la caída de los símbolos. La toma de la Bastilla impulsada por una revolución popular, ratifica la caída del despotismo, extiende la movilización a las ciudades y campos y se convierte en fiesta nacional. (es aclamada como el inicio de la liberación). Ante esta situación el partido de la corte se desintegra. En la capital el poder pasa a manos del Comité de electores que organiza un Consejo Municipal (o Commune con Bailly y La Fayette). Antes de que la Asamblea Nacional pueda ejecutar su plan de dar una constitución a Francia, faltaba oír la voz de las provincias. En la mayoría de los casos, estas actúan imitando los acontecimientos de París. Así, las autoridades son apartadas o derrocadas por medio de la fuerza y sustituidas por comités de ciudadanos. Se crean Guardias Nacionales para afrontar el peligro de la ¨licencia popular¨ y la obstrucción aristocrática de la reforma. A pesar de los acontecimientos que elevan la jerarquía y dignidad de la Asamblea su posición no es segura. Si la corte y el reino permanece en Versalles y los diputados de los otros órdenes puedan frustar los deseos de la mayoría, el poder continúa dividido en un equilibrio inestable entre la burguesía revolucionaria con el apoyo de una minoría aristocrática y clerical y los partidarios del antiguo régimen. Las conquistas de la Asamblea Nacional son precarias por que Luis XVI rehúsa ratificar las reclamaciones más apremiantes de la Asamblea como por ejemplo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadadano, se revelan intrigas para secuestrar al rey, e intentos de persuadir a la Asamblea por parte del ¨partido inglés¨ (Monarchiens, Mounier, Malouet) para que adopte una constitución conservadora de estilo ingles, otorgando al rey el derecho de veto absoluto sobre la legislación y creando una cámara alta. Esta última propuesta tiene escaso apoyo oponiéndose la izquierda y el centro. Respecto a la primera genera divisiones en la Asamblea. Los ¨patriotas¨ (Municipio) la rechazan. Pero la izquierda (Bernabé) quiere negociar con el centro. A fines de agosto un grupo de periodistas del Palais Royal (Desmoulins) intenta inducir a los ciudadanos a marchar sobre Versalles y obligar al rey a regresar a su capital. El intento fracasa. Pero al agudizarse la crisis y el partido de la corte genera provocaciones reincorpora a la escena a los patriotas. En septiembre Bernabé (izquierda) convence a la Asamblea de que exhorte al rey a adoptar una actitud conciliadora hacia las decisiones de la mayoría recibiendo como respuesta de la corte el uso de la fuerza militar. Esto y otros episodios perpetuados por la corte genero la reacción de la Asamblea Nacional (el pueblo y los jefes

militares). Danton, exhorta a los parisienses a marchar sobre Versalles con el ultimátum al rey. Desmoulis repitió su convocatoria a los parisienses para que lleven el rey a París. Los parisienses responden con lo que se denomina los días de octubre y es principalmente el pueblo que manifiesta el protagonismo más activo. Rude continúa con su estudio del proceso revolucionario francés analizando la revolución popular de 1789. Señala que el movimiento se divide en aquel que protagoniza el sector campesino y los sans culottes urbanos. Pese a compartir un fondo político común tienen su propio origen y comportamiento generando resultados diferentes. En efecto, el origen del movimiento campesino se encuentra en las condiciones económicas y políticas del antiguo régimen y se alimenta de las movilizaciones contra las cargas feudales y el aumento de precios del período anterior. (medievales). Este movimiento se intensifica en el período precedente (1788) a la primavera de 1789 con una identidad e impulso propio. Las noticias de lo que sucede en la ciudad le imprimen un nuevo estímulo. Así, los rumores de que la Asamblea iba a ser disuelta por las órdenes privilegiadas y que las tropas realistas disueltas, luego de la toma de la Bastilla, esta integrada por ¨bandidos¨ le confiere una nueva dimensión a la inquietud campesina. Esta posee objetivos precisos, apunta a blancos seleccionados y se detiene en el límite de las ciudades buscando los chateaux y las cartas señoriales. De esta rebelión campesina surge a fines de julio una oleada de pánico masivo que se extiende oscura pero rápidamente a través del país que se denomina el Gran Miedo (Grande Peur) (Hobsbawm) Para Lefebvre este fenómeno tiene rasgos particulares y propios. Se trata de una ¨certidumbre total¨ con límites precisos de tiempo y lugar (julio – agosto). Se concentra en regiones definidas y se extiende en un proceso de reacción en cadena y de contagio de una ciudad o aldea a la siguiente. (ejemplos p. 79). Genera consecuencias positivas. Obliga a las ciudades y milicias a organizarse, relaciona a las ciudades con las aldeas, alimenta un odio más intenso hacia la nobleza imprimiendo un ímpetu al progreso de la revolución en las provincias. El miedo contribuye a que la Asamblea preste atención a la supervivencia del privilegio feudal y las necesidades del sector campesino que se concreta ¨parcialmente¨ con la anulación de los derechos señoriales considerados feudales y de las inmunidades fiscales. La aplicación de estas medidas le permite afirmar a la Asamblea que el régimen feudal esta destruido. Pero ello es engañoso por que aún se mantiene las cargas más onerosas. Cobban señala que la concesión obtenida con lo que se denomina los ¨Decretos de Agosto¨ refleja la ventajas de los terratenientes burgueses. Es la resistencia campesina combinada con la necesidad jacobina de un grado de unidad nacional más amplio que induce a la Convención Jacobina en 1793 a poner punto final al ¨régimen feudal¨. El aporte de los sans culottes (asalariados, pequeños tenderos, artesanos, amas de casa) se revela en las distintas etapas de la revolución. Se inicia por la supervivencia física ante el suministro de pan barato y abundante. La protesta (ejemplo: disturbios de Reveillon) comienza a cobrar dimensión política a fines de 1788 y principios de 1789 en un contexto marcado por la rebelión aristocrática y el reclamo de poder por parte del 3 er Estado. El movimiento se inicia por las quejas de distintos fabricantes, dueños de negocios ante los altos costos de la producción y el elevado nivel de los salarios que deben hacer frente añorando volver a los tiempos de antes. Ello suscita la furia espontánea de los asalariados de los faubourg extendiéndose a otros distritos reclutando a distintos trabajadores (obreros fabriles, jornaleros de los talleres). Este movimiento se explica por las razones aducidas a la que se agrega la inquietud más premiosa que es el precio del pan. Su dimensión política se revela las consignas que aducen al 3 er estado, y el apoyo hacia el ministro y el rey

Las críticas y pedidos del sector popular se revelan en los cahiers. Los asalariados dirigen sus críticas hacia los capitalistas y propietarios acaudalados del 3 er estado. El sector campesino hacía la ¨burguesía rural¨, los derechos señoriales, los edictos de cercamiento y los planes de despeje de la tierra. La contribución de los sans – culottes adquiere importancia en los acontecimientos de julio y octubre. Es a partir de la separación de Necker cuando los parisienses acuden al Palais Royal en que los aradores proclaman el llamamiento a las armas. Se forman grupos de manifestantes que chocan con la caballería quedando la capital en manos del pueblo. Los ataques se dirigen sobre las barreras y puestos aduaneros. Pero el aspecto principal de esos momentos en la búsqueda de armas. A partir de ese momento surge el clamor de ¡A la Bastilla¡. El objetivo inmediato es encontrar pólvora, pero se creía que la fortaleza posee una guarnición, con cañones que apuntan a los faubourg y que las tropas entrarían a masacrar a sus ciudadanos. Pero como indica Hobsbawm y lo confirma Rude la fortaleza es un símbolo del ¨despotismo¨. No hubo intención de tomarla por la fuerza sino negociar con el gobernador por la provisión de pólvora. Pero se suspende la idea cuando la multitud teme una trampa al tardar la delegación en desaparecer. Comienza el ataque y los electores abandonan sus esfuerzos y dejan a la multitud a cargo de la situación. Respecto a los sitiadores de la Bastilla son residentes de los suburbios, padres de familia, miembros de una milicia cívica. Son hombres comunes reclutados en los oficios y las profesiones típicas de los suburbios (carpinteros, ebanistas, cerrajeros, artesanos y zapateros). En conjunto los artesanos y los tenderos aventajan a los asalariados. El autor coincide con Michelet al considerar que la toma de la Bastilla es obra del pueblo de París. Particularmente se debe destacar el papel representado por los pequeños artesanos, comerciantes y asalariados parisienses cuyo ánimo revolucionario se plasma por la crisis económica y se acentúa con la crisis política. En efecto la convicción de que la convocatoria de los Estados generales es frustada por una conspiración aristocrática y el aumento del precio del pan es lo que estimula la participación popular en las ¨conmociones¨ de la ciudad y con mayor intensidad en las provincias. El temor a una conspiración aristocrática como se indico representa un papel importante por que incita a los parisienses a marchar sobre Versalles en octubre. El movimiento posee la influencia de la ideología revolucionaria popular. Ello se revela en los debates mantenidos, la expresión tercer estado, los principios de la declaración del hombre. En septiembre los trabajadores desocupados proponen la posibilidad de ir a Versalles para traer la familia real en un contexto de crisis económica (aumento de precios, sequía prolongada). En el movimiento adquiere importancia la participación de las mujeres que toman la iniciativa y dirigen sus hombres hacia Versalles. Invaden el municipio, reclamando pan y buscan armas. Encabezados por Maillard marchan a Versalles, luego le sigue las guardias nacionales. Ante este despliegue, el rey ordena que se aprovisione la capital, apruebe los decretos de agosto y la declaración de los derechos del hombre. El rey y su familia deben acompañar a los manifestantes a París. Es por esta 2 da intervención del pueblo que se consolidan las conquistas de la revolución de julio, la popular y la burguesa. El rey esta bajo la mirada de distintas instituciones (Asamblea, el gobierno municipal de París y los distritos). Así, la revolución de 1789 es el resultado de una alianza entre la burguesía y el pueblo que en el transcurso de este proceso no es fácil, estable o fluida.